Abrí los brazos. Él vino hacia mí y le estreché contra mi pecho. En los instantes que permanecimos abrazados, a mí no se me ocurrió pensar más que lo que he dicho: que era un zangolotino. Me sacaba una cuarta, estaba muy flaco, tenía las piernas largas y los labios muy gordezuelos, el de abajo un tanto descolgado, y una expresión como ausente: un zangolotino.
Game | Time | WPM | Accuracy |
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3 | 2024-01-25 07:39:31 | 40.70 | 97% |