La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota. Lo había visto llegar una mañana, caminando con los hombros erguidos sobre un paso sereno y había pensado: "Este hombre se cree Dios". Pero al rato de oírlo decir historias sobre mundos desconocidos y pasiones extrañas, se enamoró de él y de sus brazos como si desde niña no hablara latín, no supiera lógica, ni hubiera sorprendido a media ciudad copiando los juegos de Góngora y Sor Juana.
| Game | Time | WPM | Accuracy |
|---|---|---|---|
| 73 | 2024-11-27 04:29:04 | 45.03 | 94.9% |
| 20 | 2021-09-02 03:36:51 | 54.31 | 94% |